Después de exponer los resultados de los monitoreos y análisis realizados, el grupo, conformado por especialistas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y del Centro Nacional de Prevención de Desastres (CENAPRED) concluyeron que no existen elementos que confirmen la formación de un domo, y que todos los indicadores de riesgo se encuentran dentro de los parámetros esperados en el nivel de alerta en el que nos encontramos, Amarillo Fase Dos.

“Con base en el análisis de la actividad y los diferentes parámetros de monitoreo, se considera que las recientes emisiones de ceniza y el lanzamiento ocasional de algunos fragmentos incandescentes a corta distancia del cráter, están relacionados con un proceso de desgasificación y que no se cuenta con evidencia contundente de la formación de un domo en el interior del cráter”, informó a través de un comunicado la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana tras la reunión, que presidió el director del CENAPRED, Enrique Guevara.

Cada vez que hay una inyección de magma, este llega a la superficie y forma un domo, o cuerpo de lava, que actúa como una especie de tapón y bloquea todos los conductos del volcán. Al enfriarse, el cuerpo de lava se cristaliza y aumenta la emisión de gases hasta que el domo explota.

Para los especialistas, sin embargo, en este momento no hay un domo en la base del cráter, aunque explicaron que para confirmarlo, realizarán un sobrevuelo de reconocimiento en cuanto las condiciones meteorológicas lo permitan.

Agencias.