La noticia, rota por un puñado de medios de comunicación locales, gira en torno a un video llamado emitido por Biotexcom, que se describe a sí mismo como un "centro para la reproducción humana". Muestra 46 bebés recién nacidos acostados en sus cunas en un hotel llamado 'Venecia' o atendidos por el personal clínico.
Los padres de crianza temporal, lamentó la clínica, "no tienen la oportunidad de recoger a sus recién nacidos", ya que las fronteras permanecen cerradas y los cierres forzados debido a la pandemia de Covid-19. Sin embargo, no deberían preocuparse por "estos dulces", ya que las enfermeras los alimentan regularmente y los exponen al aire fresco.
Los futuros padres provienen de EE. UU., China, Gran Bretaña, Alemania y otros países, revela uno de los cuidadores en el video. El video ampliamente compartido había estado circulando en las redes sociales hasta que llegó a Lyudmila Denisova, la defensora del pueblo parlamentaria a cargo de los derechos del niño.
También compartiendo el video poco convencional, el funcionario hizo sonar la alarma sobre el problema "masivo y sistémico" . La maternidad subrogada se anuncia y comercializa como un "producto de alta calidad", pero ofrecer tales "servicios" puede conducir principalmente al abuso de los derechos del niño, advirtió Denisova.
La noticia sugiere que el gobierno no está haciendo lo suficiente para salvaguardar a su gente, así como Ucrania "se convierte en un país que dona a sus hijos recién nacidos a los extranjeros y no puede [decidir] su destino" , argumentó .
La subrogación no está explícitamente prohibida por la legislación de Ucrania, ya que efectivamente se encuentra en una zona gris legal. Quienes están detrás del negocio de los recién nacidos podrían ser acusados ??de trata de personas según las leyes pertinentes, pero los funcionarios parecen incapaces de reducir la creciente industria de la maternidad subrogada del país.
Además, de vez en cuando aparecen casos escandalosos como este en la cobertura de los medios locales. Hace semanas, la policía ucraniana allanó una clínica reproductiva privada que supuestamente "vendía bebés" a hombres chinos.
Los aspirantes a padres tuvieron que pagar alrededor de $ 50,000 para organizar la inseminación artificial de una madre sustituta, así como los servicios legales y los matrimonios ficticios necesarios para facilitar el contrabando de niños en el extranjero.
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