Cancún, Quintana Roo

La tierra, para quien la trabaja

Viernes 18 Agosto 2017

EN ÓRBITA

La tierra es de quien la trabaja. Fue una de las consignas de Emiliano Zapata que más aceptación y vigencia tienen en nuestros tiempos. En el campo, en los ejidos, esta condición debe imponerse en favor de quienes procuran vivir en armonía con su entorno, y no explotando salvajemente los recursos, enriqueciéndose a costillas de los peones o comprando derechos agrarios. La tierra debe ser una fuente de oportunidades y no de vivales.

Ello viene a colación debido a lo ocurrido en Puerto Morelos, el martes recién pasado, cuando los ejidatarios decidieron destituir a Julio Asencio Reynoso en asamblea legal, quien representaba a los que compraban terrenos para lucrar, sin vivir necesariamente en el municipio. Así instalaron a Lía Beatriz Ortiz Mejía, una profesora que representa a los que sí trabajan la tierra, con lo cual se aplicó la premisa revolucionaria referida al inicio.

Estos sectores se enfrentaron durante meses: los locales -que optaron por Ortiz Mejía- reclamaban debido a malos tratos, injusticias y pocos beneficios, ya que la directiva anterior, maniatada por un solo hombre, decidía conforme a intereses mezquinos. Pero al final los ejidatarios supieron unirse para acabar con la “mini tiranía” de quien, por cierto, trataba de perpetuar sus negocios imponiendo a una de las suyas y al que además se le achacaban actos de corrupción.

Todo ello, conviene enfatizar, en una asamblea también legítima, celebrada en segunda convocatoria con la participación de 101 de los 150 integrantes; es decir, una mayoría, la que finalmente le otorgó 60 votos (34 para la contrincante). Inicia una nueva era, ahora sí, con los antes marginados a la cabeza de las determinaciones desde el arranque. 

Los auténticos comuneros están unidos más que nunca para defender su patrimonio, sus costumbres y su legado, lo cual debe ser respetado por quienes llegan al Puerto en busca de una vida mejor. La inversión y los negocios son bienvenidos, pero no de la forma pretendida antes por Asencio y su gente. Se acabaron, pues, las presiones y la mano negra en las sesiones, aseguran dos miembros consultados al respecto.

Visto así, sigue la auditoría, la revisión de actas, para reparar el daño donde se requiera y poder trazar una ruta de progreso con todas las ventajas para un futuro con estabilidad. Deben motivarse el diálogo con las autoridades, la consulta obligada y recurrente a los trabajadores, así como la incorporación de nuevas ideas para sacar el mejor provecho a una tierra tan generosa como aquella.

Puerto Morelos atrae las miradas por su potencial y crecimiento sólido. Es necesario extirpar los males de raíz donde no se respeta la voluntad de la mayoría para evitar arreglos en lo oscurito e invasiones. Este caso es uno de los que marcarán la historia de la demarcación.

“En Puerto Morelos por fin se impone la voluntad de los ejidatarios”...

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